Después de todo lo que está ocurriendo actualmente en torno al virus del Ébola creo que sería interesante dedicarle una entrada para comprender qué es exactamente. Parece que el virus del Ébola es el VIH del siglo XXI. Se puede comparar así, puesto que cuando el VIH comenzó a emerger en los años 80 no había vacunas ni se conocía cómo actuaba ni cómo afectaba al organismo, de tal manera que muchos de los afectados acababan muriendo. Algo parecido está pasando hoy en día con este virus desconocido para muchos.
El virus del Ébola es un virus de la familia Filovirus, cuyo reservorio se encuentra en monos salvajes, aunque parece ser que la fuente está en los murciélagos frugívoros. Es un virus que se descubrió en los años 70, pero que desde el año 2000 no había afectado tan terriblemente a la población africana. Sus características principales son las siguientes:
- CONTAGIO: al contrario de lo que mucha gente cree, el virus no se contagia por el aire (como los virus respiratorios), o sea, que el mero hecho de estar en una misma habitación con un infectado por Ébola, no significa que nos vayamos a infectar. Ahora bien, el virus se transmite por líquidos corporales (similar al VIH): sudor, sangre, saliva, semen, vómitos... por lo que si contactamos con alguno de estos fluidos de una persona infectada sí que hay posibilidades de contagio. El mayor riesgo de contagio parece ser que ocurre cuando la persona tiene síntomas (mientras no haya síntomas, no hay tanto riesgo de contagio).
- PERIODO DE INCUBACIÓN: de 2 a 21 días.
- CUADRO CLÍNICO: suele empezar de forma parecida a la Malaria, con fiebre, escalofríos, dolores musculares (mialgias), y poco a poco (también dependiendo de la cepa, unas son más virulentas que otras) va afectando a órganos vitales como hígado, pulmón y riñón, causando hemorragias internas que pueden derivar en un shock hemorrágico y en muerte. Se estima que la probabilidad de fallecimiento es de un 25 a un 90 % según la cepa.
- DIAGNÓSTICO: actualmente se está diagnosticando el virus mediante técnicas de ELISA en orina y saliva.
- TRATAMIENTO: no existe ninguno eficaz, ni vacuna. Sólo se puede hacer prevención evitando el contacto con los líquidos previamente dichos, y el tratamiento sólo es paliativo. Sí se está investigando en el tema y parece ser que hay un fármaco, el Mapp Bio, que ha obtenido resultados positivos en dos pacientes estadounidenses, pero todavía no está comercializado ni aceptado.
Mientras tanto, sólo nos queda esperar a que algún día pueda encontrarse una vacuna o un tratamiento eficaz, y agradecer la labor de tantos médicos, religiosos, ONGs y personas desinteresadas que están jugándose cada día la vida en África para intentar frenar esta enfermedad tan mortífera para el ser humano.
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